Pepa Gisbert Aguilar y Mª José Amorós Martínez
Grupo La Illeta. Red IRES
Temas de relevancia social
1.- Crisis actual y urgencia del decrecimiento
La crisis planetaria a que nos enfrentamos alcanza dimensiones insospechadas y afectará a las futuras generaciones de una manera decisiva. Aunque para algunos se trata tan solo de una crisis económica, de la que podremos salir cuando recuperemos la senda del crecimiento, a nuestro modo de ver, se trata más bien de una crisis global del sistema actual, sistema que se desarrolla desde un punto de partida falso: se puede seguir creciendo indefinidamente en este planeta. La realidad nos muestra que estamos ante una situación de deterioro ambiental y de agotamiento recursos, tanto materiales como energéticos, sin precedentes y que ello está condicionando tanto la economía como el modo de vida de las personas.
Una mirada critica a la realidad nos hace ver que el modelo actual, que basa el crecimiento de los países y personas ricas en la explotación de otros países y personas que van siendo empobrecidas de manera continua, no tiene respuesta válida ante la crisis. La disponibilidad de los recursos es cada vez menor y este disminución está siendo compensada por los poderosos con un mayor expolio, con un empobrecimiento mayor de una parte de la población, con un aumento de las desigualdades.
Desde esta perspectiva, la búsqueda de soluciones, si bien ha de ser conjunta para los países del Norte y los países del Sur (países y personas ricas y países y personas empobrecidas en sentido amplio), exige unas posturas vitales muy diferentes en cada situación.
En el caso de los países del Sur se trata de buscar su propio modelo de desarrollo social sin seguir el modelo capitalista que ha llevado a la humanidad a un callejón sin salida. Por tanto se ha de abandonar el modelo de desarrollo material de los países ricos como la panacea, dejando de ser un modelo a imitar.
Para los países del Norte, se trata de que abandonemos la loca carrera de acumulación y posesión de bienes materiales, para ir despojándonos progresivamente y con justicia de los bienes excesivos, devolviendo la deuda ecológica, social y económica que se ha acumulado sobre otros pueblos al explotar sus recursos, invadir y contaminar sus territorios… Es en este sentido en el que se habla del “DECRECIMIENTO” (1) como un camino para conseguir un mundo con más futuro.
La palabra decrecimiento parece más adecuada que el término desarrollo sostenible porque su significado es claro: sólo hay un camino posible, vivir con menos, y el reto está ahora mismo en “vivir mejor con menos”. El futuro está por hacer y es urgente cambiar ese imaginario común en el que los que vivimos con todos los lujos deseamos más y los que no los tienen desean ser como nosotros.
Algunos de los aspectos más difíciles de la crisis presentan soluciones alternativas desde el decrecimiento. Por ejemplo, en la sociedad actual, el paro es un grave problema social, asociado con la falta de valoración del trabajo no remunerado, realizado normalmente por mujeres y que permite que la vida salga adelante, desde la crianza, al cuidado de los mayores, el apoyo emocional, fomento de la salud, cuidado de los enfermos…
Una redistribución más justa de los trabajos, sean remunerados o no, ofrece miradas alternativas a esta problemática. Así, frente a un mundo en crisis, se propone una nueva “cuidadanía” o “ciudadanía preocupada por los cuidados” (2).
Esta “Cuidadanía” podría producir mejoras sociales: si trabajamos menos tiempo fuera de casa (es necesaria una redistribución de “todos” los trabajos, remunerados o no), podremos “cuidar/cuidarnos” más y mejor, por lo tanto aumenta nuestra calidad de vida. Desde esta perspectiva no participar de las tareas de los cuidados es pro-capitalista (3), ya que realimentamos el modelo social dominante y al no experimentar los trabajos de cuidados, no podemos valorarlos.
Así pues, la única estrategia que parece viable a medio y largo plazo es la del decrecimiento. No hablamos de un concepto en negativo, sería algo así como cuando un río se desborda y todos deseamos que ‘decrezca’ para que las aguas vuelvan a su cauce. Cuanto antes seamos conscientes de la necesidad de desprendernos de un modo de vida inviable, mejor para todos y para el planeta.
2.- Decrecimiento y educación
Nos parece, sin ninguna duda, que la intervención educativa es una de las acciones más necesaria e ineludible para el éxito social de una propuesta. Más aún cuando esta propuesta es en principio, impopular, y además muy contradictoria respecto a los modos de pensar dominantes.
De hecho, el sentir de una parte importante del profesorado y también de la sociedad actual es que divulgar y trabajar la idea del decrecimiento es una batalla perdida, que la población en general, y menos aún los jóvenes, nunca aceptará “ir a menos” y que esta es una misión imposible. Por todo ello, nos parece necesaria una reflexión sobre como trabajar desde esta perspectiva en las aulas.
En La Illeta, grupo de profesores del que formamos parte, hace ya tiempo que hemos destacado la necesidad de trabajar en las aulas la crisis energética actual (4). Como profesionales de la enseñanza que desarrollamos nuestro trabajo en un país del mundo occidental como España, nos planteamos la urgencia de trabajar con nuestros alumn@s la idea de decrecimiento sostenible.
En el presente artículo intentamos describir de que maneras podemos abordar este tema en el día a día en nuestros centros educativos.
Por un lado, reseñamos los trabajos ya realizados en esta línea por la red IRES, por otro analizamos brevemente como nuestro modelo didáctico investigativo contribuye de manera eficaz a fomentar una visión crítica, necesaria para comprender la crisis, y finalmente sugerimos algunos aspectos y prácticas cotidianas que nos permitan ir introduciendo el decrecimiento en las aulas. Pensamos que es interesante que se vaya acumulando experiencias y abriendo nuevas líneas de trabajo en las escuelas. De modo que con la reflexión sobre nuestra práctica docente podamos animar a otras personas a unirse a esta urgente tarea, y también para realimentarnos, incentivar y facilitar nuestro trabajo.
3.- Trabajando el decrecimiento desde el modelo didáctico investigativo
Desde nuestro punto de vista “la escuela tradicional es uno de los ámbitos más importantes de aprendizaje de las pautas de sumisión. En ella se aprende a actuar bajo el principio de la obediencia ciega y del miedo al poder. Se abandonan los lenguajes y los significados propios de la edad, de la cultura de clase y del espacio al que se pertenece. Se aprende a infravalorar el saber y el interés propio, a mutilar la curiosidad innata y a abandonar las iniciativas personales y colectivas. Se aprende, por último, a considerar que el conocimiento es un producto externo a nosotros mismos y no el resultado del esfuerzo y la producción individual y colectiva. El cambio de la escuela, por tanto, es un asunto profundamente político e ideológico: se trata de promover la liberación o la alienación de los menores, su desarrollo autónomo o dependiente, su conciencia crítica o sumisa. Nada más y nada menos. Con el Manifiesto Pedagógico “No es verdad” hemos pretendido dar un grito radical en esta sociedad conformada y conformista, para recordar que desde una visión liberadora otra escuela es necesaria, ya existe y es posible”.(5)
En la Red IRES tenemos como referente en el aula el modelo didáctico investigativo. Asumimos la construcción de conocimientos como una interacción activa y productiva entre los significados, que los alumnos y alumnas ya poseen, y las diversas informaciones que les llegan del exterior. Al ser éste un proceso por el cual cada uno construye significados propios y no simplemente los toma y asimila, elabora también el camino específico de su progresiva evolución; por tanto, nos encontramos dentro del constructivismo. Con nuestro trabajo en el aula intentamos llevar a cabo una metodología investigativa (MDI), a través de la investigación de problemas los alumnos ponen en juego sus propios esquemas de conocimiento y el profesor puede coordinar la construcción de nuevos significados; todo ello al hilo de actividades con finalidades próximas e interesantes para los alumnos. Además consideramos imprescindible trabajar desde una perspectiva crítica., muy necesaria para comprender como funciona nuestra sociedad y poder realizar así un análisis de la situación que permita aportar propuestas y pautas de actuación que contribuyan a la transformación social.
Tampoco debemos olvidar que la realidad del aula es compleja, y que esto que proponemos son tan solo unos principios de actuación que pretenden servirnos de guía orientativa y que podremos poner en práctica en mayor o menor medida según el contexto.
Pensamos que el modelo didáctico que utilizamos es coherente con el mundo más justo al que aspiramos y por ello resulta adecuado para trabajar las propuestas de decrecimiento, tan necesarias en la actualidad. Un análisis de nuestras pautas de trabajo en el aula nos muestra esta adecuación. A través de las rutinas didácticas coherentes con el MDI que utilizamos en el aula podemos ver como se trabajan los problemas relacionados con el decrecimiento. En nuestra categorización de rutinas (6), distinguíamos rutinas a nivel amplio o macrorrutinas, rutinas de nivel intermedio y microrrutinas.
A un nivel amplio distinguíamos las siguientes macrorrutinas: el trabajo en clase a partir de una secuencia de problemas; la investigación sobre un tópico; la investigación/observación de fenómenos socionaturales y el diseño y desarrollo de campañas. En todas estas rutinas podemos situar el trabajo del aula girando en torno a la crisis actuales desde diferentes ángulos según la materia en que trabajemos y desde una perspectiva crítica que lleve a comprender la problemática actual y a plantearse la necesidad de decrecimiento. Así queda detallado en diversas experiencias que hemos compartido ya en la red IRES, en concreto en nuestro encuentro anual en 2008, que se dedicó al tema: "Crisis energética y educación para la sostenibilidad desde la perspectiva del IRES. El decrecimiento que viene." (7) y también en el encuentro de 2010 en que el tema a trabajar fue “Educación en el territorio desde la perspectiva del IRES” y que se pueden consultar en nuestra web (8)
En las rutinas de nivel intermedio se incluyen las relativas a la organización y gestión de un aula organizada en grupos; las de ampliación del campo de intereses; las de presentación de los resultados y evaluación; los juegos de simulación; las orientadas a que los propios alumnos tutelen el aprendizaje de sus compañeros, etc. Como detallaremos en el siguiente apartado, muchas de ellas contribuyen a fomentar valores de solidaridad y contienen valores a trabajar para poder experimentar el valor de la cooperación y el cuidado emocional como necesarios para “la vida”.
En general, las rutinas nos dan la oportunidad de trabajar el “currículum oculto” que llevan asociado: que materiales usamos en el aula, si son variados, si son de medios de comunicación alternativos, de software libre, como nos dirigimos a los alumnos, si transmitimos que el profesor/a es el que tiene la verdad o realizamos una verdadera construcción colectiva del conocimiento, como tomamos decisiones y como nos planteamos el reto de evaluar – calificar, si ante los conflictos reaccionamos sancionando o tomándolos como una oportunidad para crecer, si procuramos que el aprendizaje sea placentero y haya espacio para el juego y las emociones…
Por último, la necesidad de darle la vuelta al currículum y abordarlo desde una perspectiva crítica es urgente e ineludible. Seleccionar tópicos relacionados con la problemática ambiental, resaltando siempre el valor de los trabajos vinculados al cuidado de la vida.
4.- Otras miradas al mundo. Algunas propuestas para trabajar el decrecimiento en el aula
La escuela está montada para reforzar el sistema dominante, el reto es convertirlo en un experimento donde poder vivenciar experiencias diferentes en la línea del decrecimiento.
Desde la postura más generalizada, que resulta abiertamente inmovilista, la gente nunca aceptará ir hacia atrás sino es a la fuerza. Las preguntas que este reto nos plantea y que debemos hacernos cada día junto a nuestr@s alumn@s son las siguientes: ¿es el decrecimiento ir hacia atrás?, ¿tener menos cosas materiales es ir hacia atrás?, ¿puede ser placentero vivir con menos?, ¿podemos desarrollarnos personalmente sin necesidad de tantas posesiones materiales?, ¿es necesario iniciar este proceso?... Y como profesionales de la enseñanza, ¿se puede vivir/transmitir/enseñar/experimentar en esta línea en los centros educativos?
A continuación se abre un abanico de propuestas que queda abierto para ir incorporando progresivamente todos aquellos aspectos que se consideren necesarios.
4.1.- Organización del trabajo.
Trabajar el decrecimiento en el aula alcanza su verdadero sentido en la escuela pública, porque la sociedad está formada por todas las personas y somos todas las que hemos de reaprender a vivir juntas de otra manera, por eso la lucha por una escuela pública de calidad alcanza su máximo sentido en nuestro trabajo. La escuela pública debe ser una escuela inclusiva (9), donde la convivencia sea más diversa y más rica, y el reto de construirla de una manera más justa, una apuesta real.
En este contexto, el trabajo cooperativo en grupos es parte también del aprendizaje imprescindible, ya que vivimos en un mundo individualista y revertir esta dinámica requiere una dedicación especial.
Además, nos planteamos el abandono progresivo del libro de texto como herramienta única de trabajo en el aula, ya que su uso transmite una visión absolutista del conocimiento. Un saber con fuentes de información diversas y que requiera del alumnado el trabajo de contraste y confirmación que a su nivel puedan realizar será un gran paso para ir formando la conciencia crítica de l@s futur@s ciudadn@s.
De la misma manera, los soportes digitales de software libre y las obras con licencia de Creative Commons merecerán una dedicación especial, para resaltar como el trabajo en grupo puede generar soluciones colectivas de gran valor.
Otras actuaciones posibles son revalorizar y poner en marcha los órganos de participación del centro, el consejo de delegados, el consejo escolar, fomentar nuevas maneras de participación del alumnado en la el centro…
4.2.- Enseñando a cuidarse y a cuidar
Se propone fomentar en nuestros alumn@s una mayor participación en las tareas de cuidados de la vida. Para vivir bien, la verdadera riqueza se esconde en la salud de las personas, de nuestros ecosistemas, de nuestras relaciones sociales... de manera que vivamos plenamente nuestro ser personas es este planeta.
De esta manera, conocer los procesos vitales, los ecosistemas cercanos, aprender a cuidarnos y a cuidar, a crear relaciones sanas con los demás, a solucionar los conflictos, a compartir… serán aprendizajes básicos a realizar.
Actualmente, en nuestro entorno, la actitud más generalizada con los estudiantes es muy paternalista: se les da todo hecho (se les lleva en coche al instituto, se les prepara el almuerzo, la ropa, su colaboración en las tareas de la casa es escasa…). El alumnado llega al centro educativo y se encuentra los “servicios” a punto: la calefacción enchufada, las aulas limpias... En algunos casos, no se dan ni cuenta de que si suben las persianas la clase se convierte en un lugar mucho más agradable. El aula no se siente como un lugar común a la vez que propio, y por tanto, no se cuida.
Abordar el tema de los cuidados en los centros educativos es una urgencia, y se puede trabajar desde diferentes perspectivas:
- el cuidado del propio edificio: aprender a hacer pequeños arreglos domésticos, contribuir al mantenimiento del edificio, trabajar para convertirlo en un espacio más agradable para todos…
- el cuidado del propio cuerpo. Se ha de trabajar la autonomía personal y el autoconocimiento, aprender a escuchar el propio cuerpo, reconocer síntomas de enfermedad, conocimiento de remedios básicos, hábitos básicos de salud, capacidad para preparar alimentos, autonomía frente al estamento médico, cuestionamiento de la excesiva medicalización actual…
- el cuidado de las relaciones sociales y emocionales en las distintas personas que forman la comunidad educativa (trabajo de tutoría, de resolución de conflictos…)
- Fomentar la participación de los dos sexos en los trabajos de los cuidados. Visibilizar el trabajo que en el mundo realizan las mujeres en tareas relacionadas con los cuidados de la vida y que son minusvaloradas: agricultura de subsistencia, crianza, tareas del hogar… Organizar el aula con criterios de equidad, asignando los trabajos sin perpetuar los roles de género.
4.3.- Educación vinculada al territorio.
La verdadera riqueza está en la salud de los ecosistemas y en la calidad de las relaciones sociales. Comprender esto es necesario para la supervivencia de la especie humana. Cada día se pierden saberes vinculados a la tierra y que son imprescindibles, recuperarlos a través de la participación de personas cuyos oficios están en peligro de extinción, del huerto escolar, talleres artesanales y de reparación… fomentando el conocimiento de nuestro entorno y la búsqueda de prácticas que permitan una convivencia adecuada con el medio.
Desde la educación ambiental se han desarrollado muchos trabajos en esta línea, que adquieren mayor relevancia, si cabe, para introducir en el aula la idea de un nuevo modelo de desarrollo, de un decrecimiento sostenible (8) (10).
4.4.- La interculturalidad, la libre circulación de las personas por el mundo, el antimilitarismo.
La sociedad se enfrenta cada vez más a movimientos migratorios causados por las desigualdades, las personas migran intentando mejorar su vida y el resultado es la convivencia más o menos satisfactoria de diferentes culturas, surgiendo conflictos por el acceso a los recursos, vivienda, trabajos… Esta realidad se da también en el aula y genera no pocas situaciones problemáticas.
Georgescu Roegen, precursor del decrecimiento, ya citaba entre sus propuestas la libre circulación de personas.
Será necesario estudiar la problemática generada por el crecimiento de unos países a costa del empobrecimiento de otros, la historia colonialista, las guerras, los problemas ambientales, la relación de la humanidad con el medio a través de la historia…. Todo ello contribuirá a entender mejor como hemos llegado a la situación actual.
Los países ricos actúan cada vez más cerrándose y fomentando una sociedad con miedo; alegan la “necesidad” de proteger sus bienes y la dinámica que se genera nos lleva a un mundo cada vez más desigual, a un militarismo creciente, a la creación de “muros de la vergüenza”, de leyes de extranjería para expulsar a las personas que vienen aquí buscando ejercer el derecho básico a una vida digna, un mercado de armas vergonzoso… Se hará necesario desenmascarar esa necesidad de protegernos frente amenazas fantasmas, en muchos casos generadas por nuestra forma de vida, descubrir y cuestionar “la doctrina del miedo” en nuestras aulas.
Así pues, se ha de trabajar la interculturalidad enfocada a hacer patente la trama de intereses que envuelve al mundo en la actualidad. De la misma manera, en la convivencia cotidiana, la aceptación del “otro” (sea del país que sea) con los mismos derechos que yo, es el primer paso para comprender la necesidad de construcción de una sociedad sin las desigualdades actuales.
4.5.- La gestión de los conflictos
Los conflictos son parte de la vida y aprender a vivir con ellos de una manera más creativa y positiva en el día a día permitirá nuevas pautas de comportamiento. En la sociedad y en la escuela predomina un comportamiento en el que a las personas se les exige una adecuación a las normas establecidas, el cumplimiento de una ley externa; la imposición y el castigo son las pautas más comunes. Trabajando desde esta óptica se aprende a “obedecer”, anulando el desarrollo personal y el cuestionamiento de la autoridad.
Desde una óptica decrecentista la comunidad local debe “empoderarse” y saber autogestionarse. El aula puede convertirse en un campo de experiencias muy rico en este sentido. Así, serán aprendizajes procedimentales vitales la gestión compartida del aula, con unas normas de funcionamiento debatidas y asumidas por tod@s; el análisis y el debate de los problemas cuando surgen, el consenso, la búsqueda de soluciones creativas distintas a las convencionales, la mediación… Todo ello contribuirá a crear una ciudadanía crítica y participativa.
4.6.- Las actividades extraescolares.
Los alumn@s aprecian mucho las actividades que plantean aspectos novedosos, nuevas rutinas, las excursiones, visitas a museos, a obras de teatro… La planificación de estas actividades en coherencia con un decrecimiento sostenible es otra oportunidad que tenemos: el medio de transporte a elegir, el lugar a visitar, el tiempo que pasemos juntos, el sentido de la actividad… En contextos como éste los alumnos y alumnas son mucho más receptivos; una excursión a la playa en primavera, con un baño improvisado, a solo 5 km del instituto en el “trenet” se convirtió en la mejor excursión que habían hecho los alumnos de 2º de ESO, según sus propias palabras.
Los parques temáticos, juegos virtuales, centros comerciales… están dejando a nuestra infancia carente de sol, agua, tierra… y tiempo para jugar en ellos; experiencias necesarias y que además nos vinculan con el territorio. Tener tiempo y espacio para la espontaneidad, la risa y el juego es también importante, no solo en las actividades extraescolares, sino en la escuela si queremos que esté viva y tenga significado.
4.7.- Visiones de otras sociedades.
El conocimiento de los problemas de nuestra sociedad actual no basta, es necesario conocer las razones del colapso de algunas civilizaciones en el pasado y también pensar en clave de futuro, generar visiones de sociedades que “podrán ser”.
En este sentido, resultará muy ilustrativo el conocimiento de modelos sociales más equitativos, sostenibles y solidarios que han existido o existen en la actualidad (concejos abiertos y bienes del común de nuestra edad media, indígenas americanos antes de que los exterminásemos los españoles, bosquimanos…)
Esta parte del trabajo más imaginativa y creativa ayudará a construir un nuevo imaginario colectivo.
Para terminar, destacar que cada vez que realizamos una pequeña actividad en esta línea, estamos contribuyendo a crear maneras alternativas de funcionar. Es importante verbalizar este hecho y hacerlo constar explícitamente en clase, para que todas las personas implicadas se den cuenta de que se puede llegar a ser más feliz, a vivir bien, incluso mejor, con estas prácticas más justas. Es conveniente en cada situación educativa en que lo podamos evidenciar, dejemos constancia de que estamos trabajando en la línea del “decrecimiento”, para ir viendo que esta idea es posible: para ir construyendo poco a poco, día a día, un mundo en el que “vivimos mejor con menos”.
Si conseguimos implicar a la comunidad educativa en este proceso creativo y además lo hacemos placentero, estaremos sentando las bases para poder pensar en una sociedad decrecentista, una alternativa posible a la situación actual de grave crisis ambiental y económica.
(1) Gisbert Aguilar, P. Decrecimiento, camino para la sostenibilidad. Ecologista nº 55. Diciembre 2007. http://www.ecologistasenaccion.org/article13381.html
(2) Tejiendo la vida en verde y violeta. Vínculos entre ecologismo y feminismo Cuadernos de Ecologistas en Acción. 2008.
(3) Pérez Orozco, Amaya. Diagnóstico de la crisis y respuestas desde la economía feminista. Revista de Economía Crítica, nº9, primer semestre 2010, ISSN: 2013-5254
(4) Ballenilla, F. y otros. (Grupo la Illeta). La sostenibilidad desde una nueva y urgente perspectiva. Reflexiones acerca de la década de la educación para la sostenibilidad. IV encontro ibero-americano de coletivos escolares e redes de professores que fazem investigação na sua escola.
(5) Porlan, R. Cuadernos de Pedagogía nº 406. Columna “No es verdad”, sobre el Manifiesto pedagógico de la Red IRES
(6) Ballenilla, F. y otros. (Grupo la Illeta). Rutinas alternativas coherentes con un modelo didáctico investigativo. Actas II Simposio: La docencia de Las C. experimentales en la E. secundaria Madrid Colegio Oficial de Biólogos.
(7) IX Encuentro Red IRES 2008. "Crisis energética y educación para la sostenibilidad desde la perspectiva del IRES. El decrecimiento que viene."
(8) XI Encuentro de la red IRES 2010. “Educación en el territorio desde la perspectiva del IRES”, http://www.redires.net/?q=taxonomy/term/98
(9) "Una escuela para todos desde la perspectiva de IRES". Acta-memoria del X encuentro de la Red IRES en Huerto Alegre, Granada. Mayo 2009.
(10) Comisión de Educación de Ecologistas en Acción. La escuela y la sostenibilidad. 2009. https://docs.google.com/Doc?docid=0AZsAh8kXMvtGZGN0YzVnOGhfMTZmY21wZHd2ZA&hl=es
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